domingo, 31 de octubre de 2010

Mayólicas

La palabra “mayólica” hace referencia a una variedad de piezas cerámicas que presentan pasta relativamente blanda y porosa, compuesta por arcilla calcárea, arena y cal. Son producto de una doble cocción, a temperaturas entre 1100 y 1200°C, la primera para fijar la pasta y la segunda para la cocción del vidriado. Éste último es una capa de esmalte realizado generalmente a base de óxido de estaño. Otras variantes, habitualmente denominadas “falsas mayólicas” presentan esmaltes a base de plomo. Se trata por lo general de vajilla de menaje de comedor, así como también jarras, aguamaniles, bacines, objetos ornamentales y azulejos. La decoración se aplicaba a mano y los colores eran obtenidos a partir de óxidos: el de antimonio para el amarillo, el de hierro para los ocres y anaranjados, el del cobalto para los azules, el de cobre para los verdes y el de manganeso para los negros y grises.
La producción de mayólicas en Europa comenzó en España alrededor del siglo XIV, como consecuencia de la introducción de técnicas de tradición morisca (Deagan 1987) y se desarrolló a lo largo del tiempo como una síntesis de las tradiciones Romana-Visigótica, Medieval, Mediterránea y Musulmana (Lister y Lister 1982 en González y Pedrotta 2006). También en el resto de Europa se produjo este tipo de cerámica, particularmente en Italia, Francia, Portugal, Bélgica, Holanda e Inglaterra. En la península Ibérica, los principales centros de producción estaban establecidos cerca de la ciudad de Sevilla en Andalucía, Teruel en Aragón, Paterna y Manises en la región de Valencia, Toledo y Talavera de la Reina en el centro y Barcelona en Cataluña (González y Pedrotta 2006). Cada uno de estos núcleos productores desarrollaba un “estilo”, con motivos, colores y formas particulares, por el que se daba a conocer el producto y la ciudad en otras zonas, incluso en las colonias. Hasta fines del siglo XV, las mayólicas españolas exhibían mayoritariamente características de tradición morisca y fueron llamadas como de estilo “hispano-morisco” o “Ibérico-mudéjar”. Con la expulsión de los moros en 1492, los motivos decorativos comenzaron a inspirarse más en el Renacimiento italiano, menguaron las representaciones moriscas y se comenzó a aplicar la técnica de la cerámica pintada, que se difundió ampliamente y sustituyó las de reflejo dorado y cuerda seca, de tradición morisca. Particularmente a partir del siglo XVII, la zona de Talavera de la Reina se convirtió en el mayor centro productor de la península y sucedió a Sevilla como mayor centro exportador a las colonias americanas. De hecho, hoy en día es muy frecuente el referirse a toda mayólica española con el nombre de “Talavera”. La producción española de mayólicas continuó a través de los siglos, hasta que en el siglo XIX perdió valor comercial por no poder competir con la rápida popularización de la loza inglesa. El barrio sevillano de Triana se constituyó como uno de los centros productores de mayor importancia durante el siglo XVIII, produciendo mayólica de pasta color crema, textura compacta y esmalte delgado, más opaco que los tipos anteriores (Therrien et al. 2002). También la fábrica de Alcora, que funcionó desde 1727 hasta 1851, se hizo famosa internacionalmente por su fina mayólica de imitación francesa.
Los tipos principales de mayólicas recuperado en unidades del siglo XVII en el sitio Bolívar 373 son Ichtuknee azul sobre blanco, Talavera tricolor, Santa Elena Moteado, Panamá polícromo (americana), Delft (mayólica holandesa), Columbia liso, entre otros.
En las unidades del siglo XVIII se recuperaron distintos tipos de mayólicas de Triana y de Alcora.
A continuación, pueden ver imágenes de algunas de esas piezas.
(Adaptado del artículo "Una revisión de los estudios de las mayólicas en arqueología histórica a partir de nuevos hallazgos en Buenos Aires", de F. Zorzi (en prensa))







































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































sábado, 30 de octubre de 2010

Loza Creamware del siglo XVIII

La loza Creamware fue uno de los componentes más cuantiosos en el conjunto cerámico de las unidades B y C, donde está representada en modo casi exclusivo por platos sin decoración pintada, del tipo borde ondulado o Royal Pattern (Hume, 2001). Además del abundante conjunto de platos, se recuperaron otras pocas piezas Creamware, también carentes de decoración: una fuente ovalada, un bowl y una bacinilla son las únicas que pudieron ser reconstruidas en modo suficiente. Se identificaron tres sellos, correspondientes a fábricas de la zona de Staffordshire y Stoke on Trent (Inglaterra): “Wedgwood & Co” (1796-1804) “T.J. Hollins” (1780-1820) y “Neale & Co.” (1780-1787). Las formas cerámicas producidas por estas tres firmas, así como las de la mayoría de los establecimientos de la época, consistían básicamente en diseños inspirados en los de la fábrica Etruria, fundada por Josiah Wedgwood en 1769 (Burton, 1922). La carrera de Wedgwood pasó rápidamente desde una producción familiar en pequeños talleres a la organización de grandes establecimientos donde participaban trabajadores especializados en etapas precisas de la elaboración. El trabajo de J. Wedgwood jugó un importantísimo rol en la historia de la cerámica artística y utilitaria, sobre todo en lo que respecta a la mundialmente exitosa Queen’s ware, conocida en arqueología como loza Creamware, un éxito comercial que conquistó los mercados europeos y americanos debido a la relación calidad-precio y a la belleza simple de sus formas, diseñadas dentro de una estética neoclásica muy en boga en la época. Las formas sencillas, estandarizadas y carentes de decoración fueron vendidas en grandes cantidades al mercado americano y resultaban más convenientes para el consumo masivo.
(Adaptado del artículo “Análisis de dos conjuntos del siglo XVIII excavados en el sitio Bolívar 373, Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, de F. Zorzi, M.E. Crespo y P. Godoy, presentado en el I Congreso Nacional de Arqueología Urbana (Rosario, 2010) y actualmente en prensa)


































viernes, 29 de octubre de 2010

Informes preliminares

Estimados amigos:
tenemos el agrado de informarles que los informes preliminares de los trabajos de rescate arqueológico realizados en Bolívar 373 están ahora disponibles en Internet en el sitio del Centro de Arqueología Urbana: www.iaa.fadu.uba.ar/cau/?cat=487
Agradecemos mucho a Daniel Schávelzon por la colaboración y aprovechamos para recomendar fervientemente dicho sitio, donde encontrarán gran cantidad de imágenes, publicaciones e información sobre el desarrollo de la arqueología de la ciudad de Buenos Aires.

domingo, 29 de agosto de 2010

Agradecimientos

Aprovechamos este canal para agradecer a todos aquellos que trabajan con nosotros en todas las instancias de la investigación del sitio:
Arq. Ana María Carrió y su equipo, sin cuyo apoyo e incentivo todo esto sería imposible
El capataz de la obra Jorge Pérez y todos los trabajadores de la obra
Arq. Daniel Schávelzon
Lic. Patricia Frazzi

Nuestro más sincero agradecimiento a todos ellos

viernes, 20 de agosto de 2010

vasos

Algunos vasos de vidrio soplado recuperados en las unidades B y C (siglo XVIII)

Actualmente se encuentra en prensa el artículo "Análisis de dos conjuntos del siglo XVIII excavados en el sitio Bolívar 373, Ciudad Autónoma de Buenos Aires", elaborado por F.Zorzi, M.E. Crespo y P. Godoy y presentado en el I Congreso Nacional de Arqueología Urbana. Rosario, 2010. En dicho artículo se presentan éstos y otros hallazgos.

Botellas

Botellas de vidrio del siglo XVIII

Actualmente se encuentra en prensa el artículo "Análisis de dos conjuntos del siglo XVIII excavados en el sitio Bolívar 373, Ciudad Autónoma de Buenos Aires", elaborado por F.Zorzi, M.E. Crespo y P. Godoy y presentado en el I Congreso Nacional de Arqueología Urbana. Rosario, 2010. En dicho artículo se presentan éstos y otros hallazgos.
Gran botella de sección cuadrada (siglo XVIII)
Botella francesa (siglo XVIII)
Bases de botellas de sección circular (siglo XVIII)
Base de botella (siglo XVIII) nótese la marca del pontil

sellos de plomo

En la unidad pozo A se recuperaron estos dos ejemplares, correspondientes a un tipo de objeto muy particular y cuyo potencial diagnóstico es enorme. Se trata de dos sellos, comúnmente llamados en la bibliografía cloth seals o bale seals (sellos de tela o sellos de embalar). Se utilizan en Europa desde tiempos muy tempranos, ya desde el período romano, para marcar y certificar la procedencia, calidad y características de distintas mercaderías, particularmente las lanas y los textiles. En América, varios sitios los reportan desde el siglo XVII. Sin embargo, sólo han sido estudiados en profundidad por unos pocos autores. Estos dos pequeños objetos revisten particular interés debido a su escasez en el registro arqueológico de Argentina y al poco conocimiento que se tiene en general de ellos. Por su calidad de “marcas” adheridas a las mercaderías, los sellos de plomo tienen un valor diagnóstico potencialmente muy alto, pero sólo la sucesión de estudios a nivel internacional nos permitirá conocerlos con mayor profundidad.
En la actualidad, ya se encuentra en prensa el artículo "Breve nota sobre el hallazgo de dos sellos de plomo en el sitio Bolívar 373, Ciudad de Buenos Aires", CIUDAD DE BUENOS AIRES, de F. Zorzi, presentado en el I Congreso Nacional de Arqueología Urbana, Rosario. 2010. Colaboraron con nosotros en esta instancia muchos investigadores nacionales e internacionales. Agradecemos particularmente los aportes de A. Pifferetti, C. Ceruti., Bly Straube, Corey Malcolm, G. Egan, Carsten Spindler, Steve Brisson y Lynn Evans.

domingo, 10 de enero de 2010

Si te interesa participar

Si sos estudiante de arqueología o carreras afines, o simplemente te interesa el pasado y te gustaría colaborar con nosotros, mandá un mail de presentación con tu currículum resumido a flaviazorzi@gmail.com

tinajas de aceite

Estos grandes recipientes son uno de los hallazgos más habituales en los sitios arqueológicos postconquista y el sitio Bolívar 373 no es la excepción, ya que se han recolectado fragmentos de estos recipientes en todas las unidades de excavación (siglos XVII a XIX). Se usaban para transportar y almacenar agua y diversos alimentos. Eran confeccionadas con torno y, en relación con el tratamiento de las superficies, las había tanto vidriadas como no vidriadas, así como cubiertas de engobe blanco. En lo que respecta a la forma, se trata de vasijas globulares, de base cónica o circular (pequeña respecto del diámetro máximo), y golletes angostos que pueden o no presentar labios evertidos. Estos artefactos arribaron a América en forma masiva, dado que se usaban para el transporte y almacenamiento de productos de intercambio y son muy comunes en el registro arqueológico hasta la mitad del siglo XIX, tanto en Buenos Aires como en otras zonas. La mayor parte de los fragmentos recuperados en Bolívar no presenta vidriado, es de pasta anaranjada y corresponde al cuerpo de la pieza. También se hallaron algunos tiestos con vidriado interno verde, fragmentos no vidriados de pastas más claras y algunas bases y golletes. Un caso particular es el representado por una gran tinaja, de la cual se halló la mitad superior entera. Esta pieza presenta una marca incisa a la altura del hombro, representando un corazón flechado, que simboliza a San Agustín y a la orden religiosa Agustiniana. Otra particularidad de esta pieza es que su área de fractura se encuentra pulida, como si luego de haberse roto hubiera sido aprovechada para otros usos.